Seducir

miércoles, 8 de julio de 2009

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Una cristalina mirada cautivo mi alma,

Dejo en susurros mis palabras,

Hizo olvidar el rencor dándome calma

Y sostuvo mi desconsuelo en una caja.

Precisaste de eternidad para robar mis ojos

Ya que percibí como detuviste el tiempo

Encasillando todos mis recuerdos

Y desordenando mis sentimientos.

Nunca he sido buena con las exteriorizaciones

Es mas, siempre he creído en los atisbos

Que ayudan a evidenciar el espíritu

Y contribuyen a la discreción del corazón

Porque es muy difícil revelar el interior

Teniendo certeza de lo que se dice

Teniendo certeza de lo que se siente

Teniendo certeza de lo que se quiere

Aun así mi corazón se vislumbra

Frente a tu presencia bajo la luna

Se quebranta mi palpitar

Pierdo de una manera agradable mi tranquilidad