Escuchar esa palabra era lo único que no buscaba en ese momento, pero la escuche y sentí como el resplandor de mi vida se apago y un frió implacable recorrió mi cuerpo tiñendo mi piel de angustia y soledad. el medico, entre tanto, buscaba e su escritorio las fechas para comenzar con mi tratamiento aludiendo a un intento por tranquilizarme, repitiendo en variadas ocasiones que había mucha gente que había salido de esto y que habíamos encontrado el tumor a tiempo, pero para mi era todo tan frió, vi mi futuro encerrada en un hospital con una pequeña ventana que iluminaría el cuadro, y fue justo cuando irrumpió de golpe un enfermera, siempre tan irrespetuosas, avisándole al medico que tenia un llamada en recepción, me voltee para recoger mi bolso y el medico se esfumó tras un rápido adiós. Ahí comencé mi regreso a casa, al principio traté de despejar mi mente para poder tomar atención a lo que sucedía a mi alrededor, por que no era la idea que me sucediera un accidente justo en ese momento, seria algo irónico, ¿no?, pero todo en mi cabeza se calmo y el gran ajetreo que simulaba mi cuerpo paró y por primera vez, en cuanto salí del hospital, vi la grandiosa vista que tenia de la ciudad, como para una postal y no de esas que se envían al extranjero, en fin, todo parecía seguir su curso normal, personas trabajando, otras conduciendo, nada parecía haberse alterado y sentí que mi vida era tan insignificante, que a nadie le importaría si muriera o siguiera viviendo. Tome una micro ni tan vacía, ni tan llena y tome asiento junto a una señora que comía maní, me quede un buen rato observándola, como media petrificada, pero la señora no lo noto, iba tan feliz con su bolsita de maní barato en la mano que creí que no le importaría que todo su tiempo se redujese a ese instante, ya que justo en ese instante era feliz y se me presento una duda en mi conciencia ¿era yo feliz con la vida que llevaba? Atine a auto responderme que si como por inercia, como tratando de convencerme, pero en realidad me quede meditando un buen rato sobre eso llagando a la conclusión de que no estaba consiente de mi desgracia, nunca pude lograr lo que me propuse, era una persona ya detenida en el tiempo, que ya no podía conseguir nada a largo tiempo, todo debía ser inmediato en mi, porque sino no tenia razón para mi, en eso decidí bajar de la micro…Su sonido y su movimiento hacia que me doliera mas la cabeza…No sabia muy bien donde estaba, así que camine hacia donde se veía mas tranquilo, en tanto pensaba y recordaba cosas que había vivido, lugares donde había estado y en tantos otros que solo en mi cabeza podría conocer… Mire hacia el cielo y vi el atardecer mas hermoso que nunca antes había visto y me contagie con un suspiro de vida, con una gota de esperanza y corrí en busca de mi casa… Una casa pequeña que compartía con mi madre, que nos protegía nosotras, solo a nosotras. Pero estaba totalmente desorientada y me dolía un poco la cabeza, encontré una banca solitaria y me senté tímidamente, pues el sol ya se había ido y me acompañaban las estrellas miraba hacia lados un tanto asustada, entre tanto mi cabeza, pues el sol ya se había ido y me acompañaban las estrellas, miraba hacia los lados un tanto asustada, entre tanto mi cabeza comenzaba a parecer una bomba que explotaría en cualquier momento y mis ojos comenzaron a nublarse, de repente no supe mas…y mi mente se escapo, voló por lugares inexistentes para mi, voló junto a gente sin sentido ni dirección alguna, pero de repente los rostros de aquellas personas que volaban junto a mi se me hicieron familiares, eran personas conocidas que de un momento a otro se volvieron tristes y sollozaban junto a mi…muy de pronto un dolor seco sucumbió mi cabeza, un dolor que me hizo saltar y abrir los ojos como cuando recuerdas que tienes algo que hacer, algo realmente importante, pero ese dolor muy rápido desapareció y de lo primero que me percate era que la figura de una mujer lloraba junto a mi…¡Era mi madre!, la abrace tan fuertemente y le dije cuanto la quería, cuanto deseaba verla y que nunca mas la volvería a preocupar…Ella solo preguntaba desesperada -¿Por qué? ¿Por qué? Y seguía llorando desconsoladamente, no sabia que responder, tampoco entendía a que se refería su pregunta, así que me quede en silencio junto a ella, abrazándola y besándola para tratar de calmarla…ah! A todo esto vi nuevamente el cuadro funesto del hospital, me habían llevado nuevamente ahí en mi inconciencia, en eso entro una enfermera muy silenciosamente a la sala y se quedo totalmente en silencio mirando a mi madre con una mirada compasiva, yo le pregunte en un tono no muy amable -¿que es lo que sucede ahora? Y ella ni siquiera se inmuto por mi pregunta, en tanto mi madre grita -¿Por qué? Y un pensamiento horrible recorre mis piernas hasta llegar a mi cabeza, en ese mismo instante mi cabeza en una acción reflejo se voltea y logro ver mi cuerpo plasmado sobre la cama de aquella horrible y fría habitación…Fue solo ahí cuando entendí que ninguna de las preguntas era para mi… porque nadie habla con los muertos.
