Libertad

lunes, 1 de noviembre de 2010

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Sal de la casa y corre, roza con tus manos el manto del cristalino río y besa las nubes recostada sobre el inmenso mar verde, baila junto a las flores y bebe la refrescante luz del sol, acaricia la brisa y siente celos de los pájaros en pleno vuelo, sueña bajo la sombra de un fuerte árbol y apasionadamente come de sus frutos. No estas sola, tienes todo a tus pies, no seas fuente de vanidad ni el reposo continuo de la innegable ingenuidad, párate muy firme y grita lo mas fuerte que puedas porque ya nada te hará daño, ya nada conseguirá tu llanto.