O.D.M

miércoles, 28 de diciembre de 2011

 








Un dolor en el pecho, pensamientos confusos, no he sido quien quiero ser, no he pensado bien en como vivir, siempre esta la otra opción, total a quien le importa, Daria lo mismo parar con el dolor o continuar la tortura que quizás lleve al mismo final. Cuando me siento sobre el pasto y me cuestiono interminables dudas, para las cuales no tengo respuesta, siento unas locas ganas de salir corriendo de mi cuerpo y caminar por lugares por los cuales no tengo permitido caminar, por los que mi propio corazón no me deja caminar, esta jaula de sentimientos me envuelve y me deja sin aliento, sin poder respirar profundo y mirar hacia un nuevo presente. Vivo encasillada en el fracaso, atada a la discordia entre mi piel y mi cabeza, entre mi mente y mi cuerpo.
Que habrá más allá de mis dudas, de mis mentiras, de mi odio por mi misma, de mis castillos sobre las estrellas y de mi vestido aun si confeccionar, quizás nada, quizás solo ilusión, el temor mas grande de mis dudas es la verdad pujante, la verdad que rompe, la verdad que te pisa en el suelo, la verdad de vivir sola, la verdad de sonreír y hacer como si nada pasara, como si la verdad no existiera. La poca concordancia que hay en la existencia del vacío me nubla la vista, quizás aun me faltan herramientas, herramientas que nunca tuve la opción de tener, aunque no vea claramente mi corazón se hincha, produciendo cada vez un dolor mas intenso y el  vacío mas vano. La piel me ahorca, cada vez con mas fuerza y mi alma exige la libertad que no existe, la tortura podría ser menos dolorosa que la misma libertad, pero a quien engañaría… sé muy bien que buscan mis ojos en la oscuridad, ilusión, lo único que va quedando, hasta que se termine por quebrantar la ingenuidad y venda mi alma a las sombras, no existe ya luz que me proteja ni me ampare, sé bien que es lo que merezco y aunque me duela aceptarlo, estaría dispuesta a tomarlo solo con el afán de desaparecer de mi vista un rato.
No queda nada mas, ojala tenga la opción de vivir, tata, junto a ti la eternidad y no caer mas debajo de lo que estoy.







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